¡Buenos días, buenas tardes y buenas noches!
En este artículo voy a hablaros sobre los institutos de EEUU en relación con mi experiencia personal.
He vivido 3 años en Estados Unidos (2013-2016) en Virginia Beach, Virginia.
En este artículo voy a hablaros sobre los institutos de EEUU en relación con mi experiencia personal.
He vivido 3 años en Estados Unidos (2013-2016) en Virginia Beach, Virginia.
Me mudé con mis padres y con mi
hermano, debido al trabajo de mi padre. Al principio, no me quería ir. Estaba
empezando la época de quedar con mis amigos en España, no sabía mucho inglés y
no quería alejarme de parte de mi familia.
Al llegar, empecé segundo de
bachiller, lo que allí es considerado “Senior Year” o “12th grade” en el
instituto Frank W. Cox High School. Siempre había escuchado que los institutos
de Estados Unidos diferentes que en España, y comprobé que así era.
La educación obligatoria, en el
estado de Virginia es pública. Aunque existan institutos privados, la gran
mayoría de ellos son públicos. A pesar de eso, los recursos e infraestructuras
de las que disponen, corresponderían más bien con un colegio Privado de España.
Las alumnas y alumnos no tienen
un aula como si fuera su clase. Cada profesor, tiene su aula y son los
estudiantes los que se tienen que cambiar de clase para cada asignatura. En su
momento no me pareció una buena idea, ya que al no tener siempre los mismos
compañeros, me iba a ser más difícil entablar nuevas amistades. A medida que
iba avanzando el curso, llegué a la conclusión que es un buen método de
distribución. De esta forma, las aulas disponían de todo tipo de recursos que
la asignatura requiriese. Las aulas de biología, química, física, matemáticas…todas
ellas tenían un laboratorio que comunicaba con el aula de teoría, todos ellos
adaptados a las asignaturas. El aula de la asignatura “Cocina”, disponía de un
aula teórica y dos aulas anexas con varias cocinas cada una. El aula de la
asignatura “Pintura” estaba en un taller que cumplía con todos los requisitos
necesarios para el desarrollo de cualquier tipo de actividad. Por no hablar del
gimnasio, el polideportivo, el teatro…todo era a lo grande.
Otro aspecto que me gustó
bastante sobre el instituto fue que había varios grupos de alumnos de
diversidad funcional que hacían muchas actividades. Me llamó la atención y me
pareció más inclusivo que el tener centros de atención especial como yo conocía
en España. Recuerdo que por las mañanas se encargaban del “Coffe Shop”. Todos
los días, a primera hora, se realizaba esta actividad. Teníamos en clase una
carta con todos los productos que vendían (galletas, magdalenas, limonada,
café, chocolatinas…), y la profesora o profesor que estaba con nosotros
apuntaba lo que quería cada uno. Llamaba a las aulas, y estas y estos
estudiantes nos lo preparaban y nos lo subían a la clase y nos cobraban en
aquel momento. Me parecía una idea estupenda, ya que al empezar muy temprano
las clases, era una manera de ofrecer desayuno en el instituto, y a la vez
interactuar con las estudiantes de diversidad funcional y así poder conocerles
y entablar relación con ellos. También les permitía desarrollar actividades y
actitudes como la organización, la responsabilidad, el trabajo en equipo, etc…
También me llamó mucho la atención la graduación. Es un acto muy esperado y muy conmemorativo, pero recuerdo que a mí se me hizo larguísimo. Fueron unas dos o tres horas de discurso de mucha gente, y luego esperar a que pasasemos uno a uno a por nuestro diploma...¡Nos graduábamos unas 600 personas! Pero bueno, al final, lanzamos el "gorrito" al aire "como en las películas", fue toda una experiencia.
Por su puesto, aparte de todo
esto, pude comprobar que son verdad muchos de los mitos que conocemos hoy en
día: el autobús de ruta amarillo; las taquillas; los grupos de ajedrez, lectura,chino…También
pude confirmar que las animadoras, al igual que los jugadores de cualquier
deporte, iban con el uniforme del equipo los días que había partido; así como
cantar el himno antes de cualquier partido o celebración que hubiese.
La verdad es que fue una experiencia inolvidable, ya aunque
los profesores no fueran tan diferentes y tuviese que ir a clase, el ambiente
era muy diferente al que estaba acostumbrado, y todos los días tenía alguna
novedad que llevarme a casa.
Jaime Pérez.
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